La Misericordia de Dios

Éxodo; 34: 6 al 7


6 Luego el Señor pasó delante de Moisés, y proclamó: «¡EL SEÑOR! ¡EL SEÑOR! ¡Dios misericordioso y clemente! ¡Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad! 7 ¡Es misericordioso por mil generaciones! ¡Perdona la maldad, la rebelión y el pecado, pero de ningún modo declara inocente al malvado! ¡Castiga la maldad de los padres en los hijos y en los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación!»

Cuando Dios creó al hombre, lo hizo para vivir en comunión con él. El propósito de Dios era que el hombre viviera feliz para siempre. Pero la desobediencia de él, permitió que entrara el pecado en la raza humana. Por consiguiente se abrió una brecha entre Dios y los hombres. Desde ese entonces el hombre ha inclinado su corazón al Mal. Se ha apartado de Dios y por su propia acciones no ha podido llegar a un reconcilio con Dios. 

Romanos: 3:10 al 12.  10 Como está escrito:«¡No hay ni uno solo que sea justo! 11 No hay quien entienda; no hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se han corrompido.

La biblia dice que no hay un justo en esta tierra. A pesar que nosotros nos esforcemos por serlo, no podemos por nuestra naturaleza al Pecado. Es por esto que Dios nos regala su Misericordia para que podamos ser salvo.

Misericordia es el acto compasivo que Dios tiene hacia a la humanidad que a pesar de ser culpable el brinda el tiempo y la oportunidad para que el hombre se arrepienta y busque el perdón. Los años que nosotros vivamos aún sin conocerle a él, es el tiempo de misericordia que Dios nos regala para que el hombre busque el perdón y su gracia.

Ejemplo de misericordia en la biblia:


Génesis; 6   Vrs. - 5 El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que todos los planes y pensamientos de su corazón eran siempre los de hacer sólo el mal. 6 Y le pesó al Señor haber hecho al hombre en la tierra. Le dolió mucho en el corazón. 7 Y dijo el Señor: «Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, lo mismo que a las bestias, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me pesa haberlos hecho!» 8 Pero Noé halló gracia a los ojos del Señor. 

 En este ejemplo, leemos que el hombre (genero humano) se había corrompido. Por lo que Dios, decidió acabar con la humanidad a través del diluvio. A pesar que Dios sabía que el hombre no se arrepentiría decidió darle decenas de años más de vida y de oportunidad de arrepentirse. Durante este tiempo Noé construyó el Arca y le predicaba para que se arrepintieran. Pero ellos rechazaron la predicación de Noé. Dios a través de su omnisciencia conoce el pasado, presente y futuro de cada uno de nosotros, pero el da siempre la oportunidad para que nosotros logremos alcanzar la salvación aprovechando los años de misericordia que Dios nos regala. Este pueblo tuvo una generación completa de misericordia y escucharon todos los días la predicación de Noé, pero ellos decidieron ignorarlo y así fueron destruidos por su mismo corazón duro de no querer tomar la misericordia de Dios. 

Jonás; 3; 1 al 10 -   1 La palabra del Señor vino a Jonás por segunda vez, y le dijo: 2 «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive, y proclama allí el mensaje que yo te daré.» 3 Jonás se levantó y, conforme a la palabra del Señor, fue a Nínive. Y era Nínive una ciudad grande en extremo, de tres días de camino. 4 Jonás comenzó a recorrer la ciudad, camino de un día, y en su predicación decía: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» 5 Todos los habitantes de Nínive creyeron a Dios y decretaron ayuno, y desde el mayor hasta el menor se vistieron de cilicio. 6 Cuando la noticia llegó hasta el rey de Nínive, éste se levantó de su trono, se despojó de sus vestidos, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza; 7 luego ordenó que, por mandato suyo y de sus altos personajes, se proclamara en Nínive este decreto: «Ningún hombre ni animal, ni tampoco ningún buey ni oveja, debe probar bocado ni alimento alguno, ni beber agua. 8 Al contrario, hombres y animales por igual deberán cubrirse de cilicio y clamar a Dios con todas sus fuerzas. Apártese cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. 9 ¿Quién sabe? Tal vez Dios se arrepienta y el ardor de su ira se calme, ¡y entonces no pereceremos!» 10 Y al ver Dios lo que hicieron, y que se habían apartado de su mal camino, también él se arrepintió de hacerles el daño que les había anunciado, y desistió de hacerlo.

 En esta ocasión vemos al pueblo de Nínive completamente entregada al Mal. Dios envía a Jonás a predicarle y solamente les regala 40 días de misericordia para que ellos se arrepintieran o serían destruidos. El pueblo escucha la advertencia del profeta y deciden arrepentirse. El pasaje mencionado declara que Dios los perdona y decide no destruirlos.

Nuestro Dios es Misericordioso
Salmos; 108:4 Porque más grande que los cielos es tu misericordia, Y hasta los cielos tu verdad.  Salmos; 119:64 De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; Enséñame tus estatutos.

Dios está lleno de misericordia. Él no quiere destruir a la humanidad y es por eso que él nos regala muchos años de vida para que lo aprovechemos y busquemos del perdón de él. El hecho que Dios no destruya al hombre pecador, no es porque no le interese o porque es un Dios sordo o ciego, sino que está regalando su Misericordia. 

¿Cómo hacer uso de la Misericordia de Dios?
Proverbios; 28:13El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Para alcanzar la misericordia de Dios, es necesario reconocer nuestros pecados. Debemos reconocer que nuestra vida NO nos pertenece y que Dios es nuestro Amo y Señor. Esto fue lo que paso con Nínive, al escuchar el mensaje de Dios, ellos reconocieron sus pecados y se apartaron del mal proclamando ayuno y oración en humillación a Dios y él los escucho y les perdono la vida. 

Si hoy estamos vivos es por la misericordia de Dios. Él quiere que así como Nínive reconoció sus pecados también nosotros hagamos igual. Entonces podremos alcanzar la Misericordia de Dios que llena todo los cielos. ¿Qué esperas para escapar de la ira de Dios? Hoy es el momento de la salvación. No sabes cuánto tiempo de queda de la misericordia de Dios. El mañana no nos pertenece, le pertenece a Dios. Arrepiente y Reconoce a Jesús como tu único y suficiente Salvador y Vive muchos años más de gozo y regocijo en la presencia de Dios.

Por Mauricio José López Martínez
Pastor Evangelista IPUI
Iglesia Pentecostal Unida de Nicaragua
pentecostalesnicas@gmail.com

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